lunes, 6 de julio de 2009

Formas

Otro post a repetir

Los daimonions van bajo formas animales. El por qué es sencillo: tiene que haber un equilibrio entre tu naturaleza humana y la naturaleza humana en ti que pertenece a tu daimonion. Y para equilibrarlas, se necesita recurrir a la eterna persona-animal.Al principio de la vida de una persona, según la capacidad de comprender su alrededor y raciocinio aparece (el daimonion no nace, sino que surge de la persona: no podría decir una edad, pero sería sobre 3-4 años) su daimonion adopta la forma que mejor describe su estado de ánimo al estar tan estrechamente vinculado con las emociones. Si estas asustado, es posible que tu daimonion corra a esconderse en tu chaqueta bajo la forma de un ratón; si te sientes feliz y libre, tu daimonion surcará los aires bajo la forma de un águila. Pero hay una gran función en la forma de los daimonion, y es esta de definir la personalidad de la persona a la que acompaña. Durante la pubertad, las personas cambian su modo de ser simple y variable de niños, y comienzan a ir formándose como las personas adultas que un día serán. Podríamos decir que su personalidad se define en esta época (sobre los 14-18 años, pero es muy diferente según cada persona), y un buen día su daimonion adoptará una forma de animal que describa y ejemplifique la personalidad de la persona a quien acompaña, y ya no volverá a cambiar de forma.Ahora, tanto que esto dependa de la personalidad como que esta sea representada por un animal tiene explicación.La personalidad es en realidad lo que somos. Los intereses pueden variar a lo largo del tiempo: los hobbies, los gustos, las ideas… Son cosas que varían a lo largo de la vida. Pero cuando una persona madura, crece, esta persona será de un modo y lo seguirá siendo toda su vida, si bien no hay una regla inflexible y las personas pueden cambiar. Aunque en pocos casos una persona adulta cambia su manera de ser, de comportarse y de actuar drásticamente.Asimismo, hemos de pensar en los animales como seres vivos de pautas fijas. Un lobo siempre será un depredador carnívoro. Un conejo siempre será un herbívoro, más bien asustadizo. Estas pautas marcadas hacen que una persona pueda identificarse totalmente con un animal, porque los animales son analizables y sus costumbres son iguales en todos los individuos de su especie o subespecie (todos los lobos comunes son depredadores, carnívoros y solitarios; todas las liebres del ártico se camuflan con su entorno, son herbívoras, y se esconden en madrigueras). Sin embargo, no podemos hacer generalizaciones de este tipo con los seres humanos: porque cada ser humano tiene unas costumbres y una personalidad diferentes. Y es por tanto que un daimonion, como tal, no podría adoptar la forma fija de un humano. Casi podría decirse que esto es una regla.

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